Cómo evitar que los niños caigan en el sedentarismo

Los estudios más recientes muestran que los niños de hoy son ciertamente menos activos que los niños de los años 70 y tienden a tener más sobrepeso y sedentarismo en general que en el pasado. Gracias a las nuevas tecnologías y al cambio de hábitos, el sedentarismo de los niños se está convirtiendo en un problema cada vez más grave. Veamos algunas consecuencias de esta situación y también, cómo evitar que los niños caigan en el sedentarismo.

Evitar sedentarismo en los niños 

Según las recomendaciones de la OMS y de la comunidad científica, el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla (televisión, videojuegos, etc.) es sin duda uno de los factores de riesgo que pueden favorecer el sedentarismo; el tiempo empleado de esta manera, de hecho, puede conducir a un mayor consumo de alimentos nada saludables y puede interferir con el sueño, cuya falta es un factor de riesgo conocido para la obesidad.

Riesgos de un estilo de vida sedentario

El sedentarismo supone daños para la salud de los niños que tendrán que soportar incluso en su vida adulta. En particular, las consecuencias de una mala actividad física son:

• Huesos más frágiles: Un estudio de 2017 realizado por Leigh Gabel de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, examinó el fenómeno rampante del aumento del sedentarismo en los jóvenes, debido a las nuevas tecnologías que empujan a los niños a jugar juegos de computadora o relajarse frente al televisor, en lugar de practicar actividad física y deportes. A partir del control por rayos X de la capacidad de respuesta de los huesos de 300 adolescentes en desarrollo, se observó la importancia de la actividad física. De hecho, fortalecería el cuerpo, reduciendo el riesgo de fracturas. Según el estudio, los adolescentes que no practican deporte tienen huesos mucho más frágiles que los de sus compañeros deportistas. Esto es preocupante en relación a que es el período de la vida en el que se forma el 36% del esqueleto.
• Deficiencia motriz:  La fase sensitiva para el desarrollo de la inteligencia motriz comienza alrededor de los 6 años y finaliza entre los 10 y los 12 años. Un adecuado desarrollo de esta capacidad intelectual requiere, además, al menos dos horas diarias de movimiento. Por lo tanto, es claro que estamos criando una generación de personas » deficientes motores «, una generación de personas que en la edad adulta no podrán usar su cuerpo adecuadamente.

Los beneficios del ejercicio

Moverse no solo evita repercusiones negativas en su cuerpo, sino que también tiene una serie de efectos positivos:

• aumento de los tejidos musculoesqueléticos sanos (por ejemplo, huesos, músculos y articulaciones);
• desarrollo de un sistema cardiovascular saludable (por ejemplo, corazón y pulmones);
• creación de una mejor conciencia neuromuscular (por ejemplo, coordinación y control de movimientos);
• mantener un peso corporal adecuado;
• mejor control de los síntomas relacionados con la ansiedad y la depresión;
• mejores niveles de atención, procesos cognitivos más rápidos y mejor desempeño en pruebas académicas estandarizadas en comparación con niños menos activos.

Pautas para luchar contra el sedentarismo

Por lo tanto, es necesario hacer ejercicio al menos una hora al día para mantenerse saludable. Pero también existen otras soluciones para evitar el sedentarismo :

• Aumentar las horas de educación física . La escuela reconoce la importancia de la actividad física y el deporte para el bienestar físico y mental del niño. Sin embargo, es necesario trabajar la oferta de actividad física curricular ya que solo el 54% de las clases realizan al menos 2 horas de actividad física a la semana.
• Incrementar la cantidad y calidad de la oferta deportiva y recreativa vespertina en edad escolar para ofrecer alternativas válidas, diversificadas y económicamente accesibles a toda la población.
• Aumentar los espacios dedicados al juego libre y al movimiento en nuestras ciudades y pueblos.
• Educar a las familias a estilos de vida activos que impliquen, por ejemplo, un uso reducido del automóvil, un mayor uso del transporte público , horarios regulados para teléfonos inteligentes y videojuegos, vacaciones y fines de semana organizados para promover la actividad física compartida.
• Compartir con los niños momentos de actividad física. Desde nuestra propia posición de padres y madres podemos promover que nuestros hijos no lleven una vida sedentaria. Al margen de llevarlos andando al colegio, debemos pasar tiempo con ellos y tiempo en el que realicen actividad física como caminar, pasear, correr, subir una montaña por ejemplo o que monten en bicicleta.
• En casa también podemos hacer actividad física con los niños, pero sin que tenga que ser algo aburrido. Por ejemplo proponerles bailar e incluso jugar a videojuegos que implican moverse.